13 de junio de 2012

Vanesa 1

El día de hoy les pongo a su alcance una nueva historia. Esperando que sea de su agrado.
Esta historia nació un día cuando me preguntaba que es lo que había cambiado en mi, desde hace bastante tiempo me he estado preguntando lo mismo, pero no llegaba a ninguna conclusión; pero el sentimiento de no encontrarse, de sentir que los pies no están en el piso, fue lo que me incitó a plasmarlo en una historia, que procuraré actualizar cada Miércoles. 
El personaje principal es Vanesa. 
(Prox. Miércoles 20 de Junio) 


Recordaba como se veían los cristales mojados. Con un millar de gotas pegadas, algunas cuantas escurriéndose, algunas cuantas inmóviles. ¿Hace cuanto tiempo que no se preguntaba lo mismo? Lo ignoraba. Ella sabía que lo que tenía delante de su mirada, era lo mismo que vio una y otra vez, en su infancia, en su adolescencia, en sus años de estudiante universitaria, justo ahora. Ella estaba de regreso a casa, después de una monótona tarde en su trabajo. El transporte público iba lento por la lluvia, pero no había ninguna manera de evitarlo.
¿Cuándo había cambiado? ¿Qué parte de ella había abandonado su ser? ¿Qué parte de ella seguía en su ser? Ella imaginaba una parte de si misma, que se despegaba de su cuerpo, se alejaba de su ser como un fantasma, como un reflejo del espejo, lo imaginaba caminando primero a pasos de distancia de ella, después a metros y al final la vislumbraba lejana deambulando como si buscara regresar a ella pero algo no se lo permitía, y esa sombra triste se alejaba, como deseando jamás irse pero con la pesadumbre de tener que hacerlo. Vanesa quería ir a buscar esa sombra, quería abrazar la sombra tan fuerte que tuviese que volver a consumirse en su ser... Pero ¿Dónde estaba? ¿Qué es lo que ese ser tenía de ella? ¿Sería bueno buscarlo? ¿Sería mejor olvidarlo? “No puedo hacerlo. Es imposible” suspiró. Las gotas en el cristal eran las mismas que hace años, ella ya no lo era.

Cuando llegó a casa Silvia estaba ahí, haciendo la comida en la cocina. Sin pensarlo Vanesa la abrazó y suspiro lento en el odio de su amante la palabra “Te amo” a lo que ella respondió con un leve movimiento de cabeza. 

1 comentario:

  1. hola lizzet no sabia que tenias blog, me gusto mucho sobre todo porque es muy profundo.como opinión deberías de describir mas un entorno para centrarte mas en el ambiente en que se sitúa la historia todo lo demas muy bueno transmite muchos sentimientos y estados mentales. suerte

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